Blog dedicado a la Crónica: La Lanza del Destino

Blog dedicado a la Crónica: LA LANZA DEL DESTINO. Partida de seis jugadores de Vampiro la Mascarada (V20) en 6 actos.

ACTO 1: Luna de Sangre. ACTO 2: Flor de Amaranto. ACTO 3: Voivoda Sangriento. ACTO 4: ¿? ACTO 5: ¿?

PERSONAJES: Carmen (LaSombra), Mlod (Ravnos), Siegfried Bale (Cazador), Dafne (Toreador), Makawee (Garou), Astaroth (Baali)

lunes, 27 de febrero de 2017

Noche 4. Palermo. Isla de Sicilia. Italia. [21:00 horas. Luna Menguante]

La desdichada Carmen despierta atada a una silla  de torturas. A su alrededor están sus compañeros y el inquisidor. Paolo le dirá a su nueva prisionera que Angelo la acusa de Infernalismo y de haber sido su maestro en la Senda de las Revelaciones Perversas. Tras decir varias veces lo deshonrado y mal que se siente, le pedirá que confiese para que no tenga que torturarle.

Carmen no tiene nada que confesar, si ha errado mal en algún momento había sido bajo los efectos de la inconsciencia, por lo que no sabe nada más de lo que sus compañeros le han contado. Es cierto que ha oído una voz en su cabeza tentándola con sus mayores deseos a cambio del sacrificio de uno de sus compañeros, e incluso vio a Samael en sueños... pero nada más. 
Paolo sale a buscar un frasco a otra habitación, le abrirá un corte en la muñeca y le meterá por el cuerpo las arañas que hay en el frasco. Luego seguirá con lo del hierro al rojo en la frente y por último le hará tragar agua bendita hasta que caiga inconsciente. A pesar de que en el fondo la cree, el protocolo es torturarla por si un ente demoníaco esta dentro oculto engañándolos.

Por último, Paolo le echará agua bendita por encima y la sacará al patio, y la sentará atada en la silla de piedra donde mismo sentó a Angelo que ahora no está. Hay cenizas sobre la piedra, rastro de todos los que allí han sido besados por el sol.
El grupo no está dispuesto a perder a Carmen, es un miembro necesario para encontrar la Lanza del Destino y así se lo hacen saber al Inquisidor. Paolo hablará con el grupo y llegarán a la conclusión de que Carmen no puede tener nada que ver con el asunto de Humberto, acababa de llegar de España y aunque pertenece al Sabbat su manada no tiene nada que ver con Humberto ni con los Hermanos de la Sangre Corrompida
Les dice que tienen que ir a por ella y rescatarla porque es muy probable que esté en peligro y que hay que mantenerla bajo vigilancia porque está siendo tentada por Samael y es un peligro para todos.
Mientras tanto nuestra martirizada Carmen, sola y abandonada en el patio,oirá la voz de Samael de nuevo, diciéndole que le puede liberar del sol, ya que le está sirviendo bien a sus propósitos. Ella se niega con inquebrantable fortaleza una y otra vez a ser su sierva hasta que sus esfuerzos la llevan al borde de sus fuerzas y su fe. Sus compañeros llegan a tiempo de soltarla de sus ataduras y salvarla de la nueva tentativa del Señor Infernal


El grupo de nuevo reunido decide que debe ir otra vez a la casa de Humberto, pues es el infernalista que les queda por atrapar, Todos se organizan para ir hasta allá en sus vehículos y una vez en el umbral de la puerta Carmen no se siente con fuerzas para entrar y decide quedarse fuera. Paolo le dice a la mujer que no se imagina por lo que debe estar pasando y que la apoya en su decisión, puesto que ya ha sido tentada en varias ocasiones por el demonio, si se siente débil es probable que no soporte un nuevo encuentro con él. Dafne, esta vez, consigue reunir fuerzas para acompañar al grupo al interior de la casa, a pesar de los sufrimientos que le provoca los entes malignos de su interior.

Cuando el grupo irrumpe en el salón del infernalista, descubren a Humberto frente a un espejo comunicándose a través del cristal con su amo: SAMAEL. El infernalista, sorprendido con un niño al que se dispone a torturar es golpeado por Dafne que tiene el reflejo de ir en su ayuda. Humberto decide meterse dentro del espejo, cruzando el portal que sus perseguidores no pueden atravesar.

Entonces SAMAEL se dirige a Paolo, pero con una voz que sólo él puede oír en su cabeza:
- Inquisidor, tengo a alguien muy especial que presentarte, alguien al que llevas mucho tiempo buscando. Ja, JA, JA. Podrás reunirte con él en el sótano especial del refugio de los Lectores del Apocalipsis. Allí descubrirá la verdad que tanto tiempo llevas buscando.

CONTINUARÁ...

domingo, 26 de febrero de 2017

Noche 3. Palermo. Isla de Sicilia. Italia. [21:30 horas. Luna Menguante]

A la noche siguiente el grupo se dirigió, junto a Paolo y un grupo de inquisidores, al teatro Massio. Es noche de estreno de obra, hay gente por todas partes, una cola de personas esperan para entrar y ocupar sus butacas, otras ya están entrando ansiosas e ignorantes de lo que de verdad sucede allí. En la puerta, les salió al paso Serj Valkian que le dijo a Paolo que no podían irrumpir de esa manera, que era una noche importante en el teatro. Paolo le indicó que estaban autorizados a localizar a Angelo y las pruebas que lo señalan como sospechoso. Serj lo defendió a ultranza, para él era imposible que su chiquillo hubiese caído en eso y no les permitió entrar en el teatro. Paolo lo acusó de poner trabas a la inquisición y finalmente cedió a que el grupo entrase en el teatro.

Todo el grupo registró a fondo el Teatro: los camerinos, la parte posterior donde esta las zonas comunes, habitaciones y biblioteca de la manada. Llegaron a la habitación de Angelo, para no encontrar a nadie en él. Angelo había desaparecido y nadie tenía ni idea de dónde podía estar. Buscaron pruebas hasta que Siegfried encontró unos estantes con libros caídos y mal colocados en la biblioteca de estudio de los Lectores del Apocalipsis. Sacó todos los libros del mueble pero no había nada especial, entonces movió la estantería y encontró un agujero en la pared, una entrada secreta a algún lugar que ningún miembro de los Lectores parecían conocer.
Al entrar comprueban que era un lugar malsano y que apesta a podredumbre. El grupo reconoció la misma sensación de malestar que en el refugio de Humberto, como si unos ojos malignos les observara constantemente. Para el Baali la sensación resultaba familiar, pero no del todo desagradable… reconoció el infernalismo en aquel lugar y después de haberla identificado allí en Palermo, ya sabía que se trata de la Senda de las Revelaciones Perversas.
Estaban totalmente a oscuras, por lo que Siegfried vuelve a sacar su linterna. Todo estaba cubierto de una especie de pintura verde fluorescente (verde Wyrm), que parecía pus...o algo peor. En ella se leía: Señor de la Plaga, pero no había ningún nombre. Al fondo de la pared había varios jeroglíficos egipcios, pero pocos de ellos tenían nociones de ese tipo de escritura, sólo Astaroth reconocía algunos, que apuntó en una libreta que Dafne llevaba siempre consigo. Entre todos intentaron recomponer, con el uso de la lógica lo que ahí estaba escrito: Muerte, Enfermedad, Peste, todo eso es mi sustento.


Al leer dicho texto en voz alta, la pared del fondo se desplazó, dando lugar a un habitáculo, un sótano repleto de agujas, viales de sangre corrupta, cajas donde se lee "PELIGRO BIOLÓGICO" "ALTAMENTE TÓXICO", varios cadáveres de animales putrefactos, se dedujo fácilmente que allí se experimentaba en busca de un virus o algún tipo de arma tóxica.
Dafne, la Toreador tiene en ese preciso instante una visión de la imagen de la casa de Humberto y Carmen, la joven Lasombra que escuchó "Dolor" al salir de la cámara de Humberto, sentirá la necesidad de volver a la casa, como si tuviera una corazonada, aunque en realidad era nada más y nada menos que un llamamiento del Señor del Dolor
Al salir de escondite de Angelo, el grupo se encuentran con Paolo que andaba registrando oras partes del teatro, les preguntó qué habían descubierto. Siegfried le propone que baje y lo vea con sus propios ojos. A estas alturas, Paolo lo tenía bastante claro, iba a dar caza a Angelo, ya que todo ese tema tenía implicaciones personales para él, pues fue el Señor de la Plaga quien mató a su sire. Paolo les cuenta a los elegidos que su prioridad era buscar a Angelo, que no debía de estar lejos y que fueran ellos a la casa de Humberto a investigar. El inquisidor creía que el tema que los traía a ellos a Palermo tenía más que ver con Humberto que con Angelo. pues todo lo descubierto sobre el infernalista y el Señor del Dolor apareció a raíz de su llegada a la ciudad italiana.

Todos vuelven a la furgoneta del cazador y se dirigen de nuevo a la casa de Humberto. Estaba igual que cuando la dejaron, no había señales de que nadie hubiera estado allí en su ausencia, aunque esta vez la sensación de peligro e incertidumbre se sentía nada más cruzar el umbral de la puerta. 

Dafne sabía que no iba a poder entrar allí otra vez, la sensaciones eran muy intensa, así que les dijo a los demás que continuaran sin ella. Se quedaría fuera de la habitación de azulejos blancos, vigilando y esperando a que regresaran. Nada más poner un pie en la casa, Carmen comenzó a escuchar de nuevo "Dolor" "Sírveme, todo el poder será tuyo" "Tendrás la Lanza en tus manos" "Líder del Sabbat" "Reina de los Condenados" "Sólo necesito que provoques DOLOR".

Tentó a la joven cainita con sus mayores deseos, mientras todos se dirigían a la habitación blanca, que, casualmente, entonces era negra. Llegados a ese punto, Carmen LaSombra, no soportó más la tortura mental y se desmayó. Los demás la vieron caer al suelo a la vez que oyeron voces hablando procedentes del túnel al que se entraba por el agujero que anteriormente hizo Makawee con su hacha, en el suelo de aquella siniestra habitación de azulejos sin ventanas. Dejaron a Carmen al cuidado de Dafne, que la metió en la furgoneta de Siegfried y los demás bajaron por el agujero al escondite de Humberto.

La sensación de angustia, soledad, miseria, dolor, desolación y peligro fue aumentando a cada paso que daban por el subterráneo. Makawee tiene la idea de ir hasta allí por el mundo espiritual, echar un vistazo y volver a contarles si ve algo importante. Los demás están de acuerdo y la esperan. Makawee lleva con ella un cristal en su mano, de cuando partieron las ventanas de la casa, y usa ese pequeño reflejo para concentrarse en su propia mirada y pasar al mundo espiritual. Incluso en la oscuridad de allí abajo, todo se vuelve etéreo, con tonos desvaídos y traslúcidos mientras la licántropa camina en esa otra realidad.

Cuando la garou se da cuenta que ha cambiado de plano se dirige a toda prisa a la cámara de torturas, pero en esa vez está completamente vacía de todo lo que vieron la primera vez que estuvieron allí. En esa ocasión, en medio de la estancia se encontraba un gran espejo de cuerpo entero... sólo un gran espejo. Makawee no se atreve a salir del mundo espiritual dentro de ese sótano, por temor a lo que se pueda encontrar, así que vuelve con sus compañeros a avisarles del cambio.

Una vez juntos, deciden ir a comprobar si lo visto por Makawee en un plano coincidía con lo que existía en el otro, y los cuatro juntos entraron en la cámara del sótano. Efectivamente, todos los instrumentos de tortura y cadáveres habían desaparecido y un solitario espejo habitaba el centro de aquel lugar.

El grupo se acercó al espejo y comprobaron que se podía ver a un hombre a través de él, sonriendo y sosteniendo una pequeña daga completamente negra. El hombre no hacía nada más, salvo retirarse poco después a alguna parte invisible para los cuatro. Después de marcharse, se vio en el espejo a otro ser, completamente negro, lleno de heridas que se cierran y abren, sangrando por todos lados y con una cara agónica, sólo con un sobreesfuerzo de voluntad pudieron seguir mirando aquel terrorífico reflejo con unos ojos rojos sangrantes que los miraban. Sin embargo, una visión tan aterradora como esa no inspiró en ellos compasión alguna, sino odio y dolor.



Ante la imposibilidad de actuación, decidieron salir de allí... pero Mlod sugirió sacar el espejo de aquel lugar y Siegfried DESTRUIR aquel sótano maldito. Trazaron un plan: Mientras Mlod, Siegfried y Astaroth sacaban de allí el espejo de cuerpo entero donde habían aparecido los reflejos del hombre de la daga negra y el ser monstruoso (que intuían que debía de tratarse de SAMAEL), y lo colocaban en el césped descuidado del jardín; Makawee regresaría al sótano cargada con explosivos del cazador y los dejaría allí para que detonasen, con el tiempo justo de pasar al mundo espiritual y huir de las profundidades de aquella infernalista casa.
Y así lo hizo. Makawee en un sobreesfuerzo de concentración entró en el Mundo Espiritual, con el tiempo justo de recorrer el largo pasillo subterráneo, salir por el agujero abierto en el suelo de la habitación de azulejos y escapar fuera de la casa. 
Mientras huía, una explosión resonaba en algún lugar lejano, como eco de otro tiempo, de otro plano espacial. Un rápido vistazo por encima del hombro le confirmó lo que más temía... aunque el fuego de la explosión no se extendía entre planos, los cambios en uno de ellos alteran la estructura del otro, por lo que quedaría sepultada bajo la nueva forma de ese sitio si no se daba prisa. Todo a su alrededor se estaba transformando y reestructurando, pero al final logró llegar al jardín exterior de la residencia secreta de Humberto.
Mientras esto ocurría, Carmen estaba sumida en un artificial sueño inducido por SAMAEL. En él, varios pozos se aparecieron ante ella, y todo a su alrededor era oscuridad. En lo más profundo de los pozos se vislumbraba fuego y lava y de pronto, apareció una puerta, que se abriría para dar lugar a la imagen un ser, completamente negro, lleno de heridas que se cierran y abren, sangrando por todos lados y con una cara agónica. Se presentó como un amigo, Samael, y le ofreció un poder inconmensurable, todos sus deseos hechos realidad, su ambiciones, sus más profundas fantasías, a cambio de un pequeño favor, la muerte de uno de sus compañeros, que sería un bonito sacrificio y le daría el poder suficiente para aparecer en el mundo real. En el sueño, le entregó una daga, oscura como la noche y después de eso se desvaneció.

Mientras tanto en el jardín de Humberto tras la explosión, el grupo observó que el espejo ya no reflejaba a nadie de ningún otro plano, pero el cristal seguía siendo negro como una ventana a otro lugar y no un espejo normal y corriente. Así que Siegfried tomó la decisión de romperlo y fragmentos de cristal (adquiriendo su color de espejo normal) saltaron inesperadamente hacia él, provocándole profundas heridas en los brazos. El cazador tuvo que buscar el botiquín de la parte trasera de su furgoneta, extraerse los pequeños fragmentos de cristal y vendarse los brazos. No era buena idea quedarse cerca de los vampiros con las heridas abiertas y sangrantes al descubierto.
Mientras tanto Carmen despertó con una daga negra en la mano y un único pensamiento, matar. Seguía estando en un estado de semiinconsciencia, pero no era dueña de sus propios actos. Salió de la furgoneta y atacó a la primera que vio: Dafne. Ésta se defendió y la daga cayó al suelo y desapareció deshaciéndose en un extraño humo negro. Entre todos tenían reducida a la joven Lasombra cuando Paolo apareció con Angelo esposado en su coche oficial. El Inquisidor pidió una explicación al grupo de lo que estaba viendo y éstos le contaron que Carmen, por alguna extraña razón, estaba bajo el influjo de SAMAEL
Fue cuando ella despertó, ignorante de por qué había ocurrido todo aquello. Podía ver lo que estaba haciendo todo el tiempo, pero no era dueña de sus movimientos. Les contó a todos el sueño que había tenido, donde se le presentó el Señor del Dolor, que intentó tentarla y cómo ella no sucumbió. Entonces Paolo la alentó a ser fuerte de voluntad, pues por lo que ella estaba contando, SAMAEL la consideraba débil para caer en la tentación de servirle.
El Inquisidor propuso al grupo que le acompañaran a una de sus guaridas secretas de la zona, que no se trataba de otra cosa que un pequeño chalet en una urbanización también a las afueras de Palermo (que no quedaba muy lejos). Una vez allí, Paolo condujo a empujones al infernalista a una habitación que tenía una puerta de hierro forjado. Dentro lo sentó en una silla con amarres de acero y muchas correas, parecía una silla eléctrica de las películas americanas.

Allí le pidió a Angelo que confesara. Éste en un primer momento se negó y se rió en la cara de Paolo, así que el inquisidor acudió a la habitación contigua para venir con un atizador de chimenea incandescente para marcarlo. Los vampiros presentes dieron un paso atrás al verlo aparecer con el inesperado objeto. Al echar la cabeza hacia atrás de Angelo para marcarlo con una cruz de hierro al rojo en la frente, se le vió claramente los cuernos que tenía ocultos. Entonces no eran pequeñas protuberancias sino claros cuernos negros, rasgo inequívoco de sus tratos con demonios.

Paolo le amenazó con que si no confesaba, le torturaría hasta el final de su existencia. El infernalista se resistió y Paolo, con paciencia, volvió a salir de la habitación para regresar con un tarro de arañas. Con un bisturí que tenía allí entre otros objetos quirurjicos y otros objetos de tortura que al parecer no sólo decoraban el siniestro habitáculo, le practicó una incisión en la piel de la muñeca y otra en el hombro... y por ellas introdujo algunas de esas pequeñas criaturas para provocarle una insoportable sensación. Tras un largo rato d tortura Angelo terminó confesando seguir la Senda de las Revelaciones Perversas, pero le dirá que no conoce el nombre de su Maestro Infernal, pero sí que lo sabe su mentor en la senda. Dirá que su mentor es uno de los recientes inquisidores… finalmente señalará a la joven Lasombra inconsciente (Carmen) como su mentor.

Paolo, sorprendido, sacará a Angelo al patio y lo atará a una silla de piedra que hay en el centro de un pequeño jardín, con la idea de dejarlo ahí hasta que amanezca para que recibiera el último beso del sol.

Acto seguido entraría de nuevo en el chalet, ataría a Carmen en la silla de interrogatorio y les diría a los demás que se reúnan allí mismo a la noche siguiente nada más despertarse. El que así lo deseara podía pasar esa noche en la casa de Paolo, para así no tardar tanto en llegar. El grupo se queda allí, bien sea en la casa o Siegfried en su furgoneta. Ninguno estaba dispuesto a abandonar a Carmen, la necesitaban para su verdadera misión.

CONTINUARÁ...