Blog dedicado a la Crónica: La Lanza del Destino

Blog dedicado a la Crónica: LA LANZA DEL DESTINO. Partida de seis jugadores de Vampiro la Mascarada (V20) en 6 actos.

ACTO 1: Luna de Sangre. ACTO 2: Flor de Amaranto. ACTO 3: Voivoda Sangriento. ACTO 4: ¿? ACTO 5: ¿?

PERSONAJES: Carmen (LaSombra), Mlod (Ravnos), Siegfried Bale (Cazador), Dafne (Toreador), Makawee (Garou), Astaroth (Baali)

lunes, 27 de febrero de 2017

Noche 4. Palermo. Isla de Sicilia. Italia. [21:00 horas. Luna Menguante]

La desdichada Carmen despierta atada a una silla  de torturas. A su alrededor están sus compañeros y el inquisidor. Paolo le dirá a su nueva prisionera que Angelo la acusa de Infernalismo y de haber sido su maestro en la Senda de las Revelaciones Perversas. Tras decir varias veces lo deshonrado y mal que se siente, le pedirá que confiese para que no tenga que torturarle.

Carmen no tiene nada que confesar, si ha errado mal en algún momento había sido bajo los efectos de la inconsciencia, por lo que no sabe nada más de lo que sus compañeros le han contado. Es cierto que ha oído una voz en su cabeza tentándola con sus mayores deseos a cambio del sacrificio de uno de sus compañeros, e incluso vio a Samael en sueños... pero nada más. 
Paolo sale a buscar un frasco a otra habitación, le abrirá un corte en la muñeca y le meterá por el cuerpo las arañas que hay en el frasco. Luego seguirá con lo del hierro al rojo en la frente y por último le hará tragar agua bendita hasta que caiga inconsciente. A pesar de que en el fondo la cree, el protocolo es torturarla por si un ente demoníaco esta dentro oculto engañándolos.

Por último, Paolo le echará agua bendita por encima y la sacará al patio, y la sentará atada en la silla de piedra donde mismo sentó a Angelo que ahora no está. Hay cenizas sobre la piedra, rastro de todos los que allí han sido besados por el sol.
El grupo no está dispuesto a perder a Carmen, es un miembro necesario para encontrar la Lanza del Destino y así se lo hacen saber al Inquisidor. Paolo hablará con el grupo y llegarán a la conclusión de que Carmen no puede tener nada que ver con el asunto de Humberto, acababa de llegar de España y aunque pertenece al Sabbat su manada no tiene nada que ver con Humberto ni con los Hermanos de la Sangre Corrompida
Les dice que tienen que ir a por ella y rescatarla porque es muy probable que esté en peligro y que hay que mantenerla bajo vigilancia porque está siendo tentada por Samael y es un peligro para todos.
Mientras tanto nuestra martirizada Carmen, sola y abandonada en el patio,oirá la voz de Samael de nuevo, diciéndole que le puede liberar del sol, ya que le está sirviendo bien a sus propósitos. Ella se niega con inquebrantable fortaleza una y otra vez a ser su sierva hasta que sus esfuerzos la llevan al borde de sus fuerzas y su fe. Sus compañeros llegan a tiempo de soltarla de sus ataduras y salvarla de la nueva tentativa del Señor Infernal


El grupo de nuevo reunido decide que debe ir otra vez a la casa de Humberto, pues es el infernalista que les queda por atrapar, Todos se organizan para ir hasta allá en sus vehículos y una vez en el umbral de la puerta Carmen no se siente con fuerzas para entrar y decide quedarse fuera. Paolo le dice a la mujer que no se imagina por lo que debe estar pasando y que la apoya en su decisión, puesto que ya ha sido tentada en varias ocasiones por el demonio, si se siente débil es probable que no soporte un nuevo encuentro con él. Dafne, esta vez, consigue reunir fuerzas para acompañar al grupo al interior de la casa, a pesar de los sufrimientos que le provoca los entes malignos de su interior.

Cuando el grupo irrumpe en el salón del infernalista, descubren a Humberto frente a un espejo comunicándose a través del cristal con su amo: SAMAEL. El infernalista, sorprendido con un niño al que se dispone a torturar es golpeado por Dafne que tiene el reflejo de ir en su ayuda. Humberto decide meterse dentro del espejo, cruzando el portal que sus perseguidores no pueden atravesar.

Entonces SAMAEL se dirige a Paolo, pero con una voz que sólo él puede oír en su cabeza:
- Inquisidor, tengo a alguien muy especial que presentarte, alguien al que llevas mucho tiempo buscando. Ja, JA, JA. Podrás reunirte con él en el sótano especial del refugio de los Lectores del Apocalipsis. Allí descubrirá la verdad que tanto tiempo llevas buscando.

CONTINUARÁ...

domingo, 26 de febrero de 2017

Noche 3. Palermo. Isla de Sicilia. Italia. [21:30 horas. Luna Menguante]

A la noche siguiente el grupo se dirigió, junto a Paolo y un grupo de inquisidores, al teatro Massio. Es noche de estreno de obra, hay gente por todas partes, una cola de personas esperan para entrar y ocupar sus butacas, otras ya están entrando ansiosas e ignorantes de lo que de verdad sucede allí. En la puerta, les salió al paso Serj Valkian que le dijo a Paolo que no podían irrumpir de esa manera, que era una noche importante en el teatro. Paolo le indicó que estaban autorizados a localizar a Angelo y las pruebas que lo señalan como sospechoso. Serj lo defendió a ultranza, para él era imposible que su chiquillo hubiese caído en eso y no les permitió entrar en el teatro. Paolo lo acusó de poner trabas a la inquisición y finalmente cedió a que el grupo entrase en el teatro.

Todo el grupo registró a fondo el Teatro: los camerinos, la parte posterior donde esta las zonas comunes, habitaciones y biblioteca de la manada. Llegaron a la habitación de Angelo, para no encontrar a nadie en él. Angelo había desaparecido y nadie tenía ni idea de dónde podía estar. Buscaron pruebas hasta que Siegfried encontró unos estantes con libros caídos y mal colocados en la biblioteca de estudio de los Lectores del Apocalipsis. Sacó todos los libros del mueble pero no había nada especial, entonces movió la estantería y encontró un agujero en la pared, una entrada secreta a algún lugar que ningún miembro de los Lectores parecían conocer.
Al entrar comprueban que era un lugar malsano y que apesta a podredumbre. El grupo reconoció la misma sensación de malestar que en el refugio de Humberto, como si unos ojos malignos les observara constantemente. Para el Baali la sensación resultaba familiar, pero no del todo desagradable… reconoció el infernalismo en aquel lugar y después de haberla identificado allí en Palermo, ya sabía que se trata de la Senda de las Revelaciones Perversas.
Estaban totalmente a oscuras, por lo que Siegfried vuelve a sacar su linterna. Todo estaba cubierto de una especie de pintura verde fluorescente (verde Wyrm), que parecía pus...o algo peor. En ella se leía: Señor de la Plaga, pero no había ningún nombre. Al fondo de la pared había varios jeroglíficos egipcios, pero pocos de ellos tenían nociones de ese tipo de escritura, sólo Astaroth reconocía algunos, que apuntó en una libreta que Dafne llevaba siempre consigo. Entre todos intentaron recomponer, con el uso de la lógica lo que ahí estaba escrito: Muerte, Enfermedad, Peste, todo eso es mi sustento.


Al leer dicho texto en voz alta, la pared del fondo se desplazó, dando lugar a un habitáculo, un sótano repleto de agujas, viales de sangre corrupta, cajas donde se lee "PELIGRO BIOLÓGICO" "ALTAMENTE TÓXICO", varios cadáveres de animales putrefactos, se dedujo fácilmente que allí se experimentaba en busca de un virus o algún tipo de arma tóxica.
Dafne, la Toreador tiene en ese preciso instante una visión de la imagen de la casa de Humberto y Carmen, la joven Lasombra que escuchó "Dolor" al salir de la cámara de Humberto, sentirá la necesidad de volver a la casa, como si tuviera una corazonada, aunque en realidad era nada más y nada menos que un llamamiento del Señor del Dolor
Al salir de escondite de Angelo, el grupo se encuentran con Paolo que andaba registrando oras partes del teatro, les preguntó qué habían descubierto. Siegfried le propone que baje y lo vea con sus propios ojos. A estas alturas, Paolo lo tenía bastante claro, iba a dar caza a Angelo, ya que todo ese tema tenía implicaciones personales para él, pues fue el Señor de la Plaga quien mató a su sire. Paolo les cuenta a los elegidos que su prioridad era buscar a Angelo, que no debía de estar lejos y que fueran ellos a la casa de Humberto a investigar. El inquisidor creía que el tema que los traía a ellos a Palermo tenía más que ver con Humberto que con Angelo. pues todo lo descubierto sobre el infernalista y el Señor del Dolor apareció a raíz de su llegada a la ciudad italiana.

Todos vuelven a la furgoneta del cazador y se dirigen de nuevo a la casa de Humberto. Estaba igual que cuando la dejaron, no había señales de que nadie hubiera estado allí en su ausencia, aunque esta vez la sensación de peligro e incertidumbre se sentía nada más cruzar el umbral de la puerta. 

Dafne sabía que no iba a poder entrar allí otra vez, la sensaciones eran muy intensa, así que les dijo a los demás que continuaran sin ella. Se quedaría fuera de la habitación de azulejos blancos, vigilando y esperando a que regresaran. Nada más poner un pie en la casa, Carmen comenzó a escuchar de nuevo "Dolor" "Sírveme, todo el poder será tuyo" "Tendrás la Lanza en tus manos" "Líder del Sabbat" "Reina de los Condenados" "Sólo necesito que provoques DOLOR".

Tentó a la joven cainita con sus mayores deseos, mientras todos se dirigían a la habitación blanca, que, casualmente, entonces era negra. Llegados a ese punto, Carmen LaSombra, no soportó más la tortura mental y se desmayó. Los demás la vieron caer al suelo a la vez que oyeron voces hablando procedentes del túnel al que se entraba por el agujero que anteriormente hizo Makawee con su hacha, en el suelo de aquella siniestra habitación de azulejos sin ventanas. Dejaron a Carmen al cuidado de Dafne, que la metió en la furgoneta de Siegfried y los demás bajaron por el agujero al escondite de Humberto.

La sensación de angustia, soledad, miseria, dolor, desolación y peligro fue aumentando a cada paso que daban por el subterráneo. Makawee tiene la idea de ir hasta allí por el mundo espiritual, echar un vistazo y volver a contarles si ve algo importante. Los demás están de acuerdo y la esperan. Makawee lleva con ella un cristal en su mano, de cuando partieron las ventanas de la casa, y usa ese pequeño reflejo para concentrarse en su propia mirada y pasar al mundo espiritual. Incluso en la oscuridad de allí abajo, todo se vuelve etéreo, con tonos desvaídos y traslúcidos mientras la licántropa camina en esa otra realidad.

Cuando la garou se da cuenta que ha cambiado de plano se dirige a toda prisa a la cámara de torturas, pero en esa vez está completamente vacía de todo lo que vieron la primera vez que estuvieron allí. En esa ocasión, en medio de la estancia se encontraba un gran espejo de cuerpo entero... sólo un gran espejo. Makawee no se atreve a salir del mundo espiritual dentro de ese sótano, por temor a lo que se pueda encontrar, así que vuelve con sus compañeros a avisarles del cambio.

Una vez juntos, deciden ir a comprobar si lo visto por Makawee en un plano coincidía con lo que existía en el otro, y los cuatro juntos entraron en la cámara del sótano. Efectivamente, todos los instrumentos de tortura y cadáveres habían desaparecido y un solitario espejo habitaba el centro de aquel lugar.

El grupo se acercó al espejo y comprobaron que se podía ver a un hombre a través de él, sonriendo y sosteniendo una pequeña daga completamente negra. El hombre no hacía nada más, salvo retirarse poco después a alguna parte invisible para los cuatro. Después de marcharse, se vio en el espejo a otro ser, completamente negro, lleno de heridas que se cierran y abren, sangrando por todos lados y con una cara agónica, sólo con un sobreesfuerzo de voluntad pudieron seguir mirando aquel terrorífico reflejo con unos ojos rojos sangrantes que los miraban. Sin embargo, una visión tan aterradora como esa no inspiró en ellos compasión alguna, sino odio y dolor.



Ante la imposibilidad de actuación, decidieron salir de allí... pero Mlod sugirió sacar el espejo de aquel lugar y Siegfried DESTRUIR aquel sótano maldito. Trazaron un plan: Mientras Mlod, Siegfried y Astaroth sacaban de allí el espejo de cuerpo entero donde habían aparecido los reflejos del hombre de la daga negra y el ser monstruoso (que intuían que debía de tratarse de SAMAEL), y lo colocaban en el césped descuidado del jardín; Makawee regresaría al sótano cargada con explosivos del cazador y los dejaría allí para que detonasen, con el tiempo justo de pasar al mundo espiritual y huir de las profundidades de aquella infernalista casa.
Y así lo hizo. Makawee en un sobreesfuerzo de concentración entró en el Mundo Espiritual, con el tiempo justo de recorrer el largo pasillo subterráneo, salir por el agujero abierto en el suelo de la habitación de azulejos y escapar fuera de la casa. 
Mientras huía, una explosión resonaba en algún lugar lejano, como eco de otro tiempo, de otro plano espacial. Un rápido vistazo por encima del hombro le confirmó lo que más temía... aunque el fuego de la explosión no se extendía entre planos, los cambios en uno de ellos alteran la estructura del otro, por lo que quedaría sepultada bajo la nueva forma de ese sitio si no se daba prisa. Todo a su alrededor se estaba transformando y reestructurando, pero al final logró llegar al jardín exterior de la residencia secreta de Humberto.
Mientras esto ocurría, Carmen estaba sumida en un artificial sueño inducido por SAMAEL. En él, varios pozos se aparecieron ante ella, y todo a su alrededor era oscuridad. En lo más profundo de los pozos se vislumbraba fuego y lava y de pronto, apareció una puerta, que se abriría para dar lugar a la imagen un ser, completamente negro, lleno de heridas que se cierran y abren, sangrando por todos lados y con una cara agónica. Se presentó como un amigo, Samael, y le ofreció un poder inconmensurable, todos sus deseos hechos realidad, su ambiciones, sus más profundas fantasías, a cambio de un pequeño favor, la muerte de uno de sus compañeros, que sería un bonito sacrificio y le daría el poder suficiente para aparecer en el mundo real. En el sueño, le entregó una daga, oscura como la noche y después de eso se desvaneció.

Mientras tanto en el jardín de Humberto tras la explosión, el grupo observó que el espejo ya no reflejaba a nadie de ningún otro plano, pero el cristal seguía siendo negro como una ventana a otro lugar y no un espejo normal y corriente. Así que Siegfried tomó la decisión de romperlo y fragmentos de cristal (adquiriendo su color de espejo normal) saltaron inesperadamente hacia él, provocándole profundas heridas en los brazos. El cazador tuvo que buscar el botiquín de la parte trasera de su furgoneta, extraerse los pequeños fragmentos de cristal y vendarse los brazos. No era buena idea quedarse cerca de los vampiros con las heridas abiertas y sangrantes al descubierto.
Mientras tanto Carmen despertó con una daga negra en la mano y un único pensamiento, matar. Seguía estando en un estado de semiinconsciencia, pero no era dueña de sus propios actos. Salió de la furgoneta y atacó a la primera que vio: Dafne. Ésta se defendió y la daga cayó al suelo y desapareció deshaciéndose en un extraño humo negro. Entre todos tenían reducida a la joven Lasombra cuando Paolo apareció con Angelo esposado en su coche oficial. El Inquisidor pidió una explicación al grupo de lo que estaba viendo y éstos le contaron que Carmen, por alguna extraña razón, estaba bajo el influjo de SAMAEL
Fue cuando ella despertó, ignorante de por qué había ocurrido todo aquello. Podía ver lo que estaba haciendo todo el tiempo, pero no era dueña de sus movimientos. Les contó a todos el sueño que había tenido, donde se le presentó el Señor del Dolor, que intentó tentarla y cómo ella no sucumbió. Entonces Paolo la alentó a ser fuerte de voluntad, pues por lo que ella estaba contando, SAMAEL la consideraba débil para caer en la tentación de servirle.
El Inquisidor propuso al grupo que le acompañaran a una de sus guaridas secretas de la zona, que no se trataba de otra cosa que un pequeño chalet en una urbanización también a las afueras de Palermo (que no quedaba muy lejos). Una vez allí, Paolo condujo a empujones al infernalista a una habitación que tenía una puerta de hierro forjado. Dentro lo sentó en una silla con amarres de acero y muchas correas, parecía una silla eléctrica de las películas americanas.

Allí le pidió a Angelo que confesara. Éste en un primer momento se negó y se rió en la cara de Paolo, así que el inquisidor acudió a la habitación contigua para venir con un atizador de chimenea incandescente para marcarlo. Los vampiros presentes dieron un paso atrás al verlo aparecer con el inesperado objeto. Al echar la cabeza hacia atrás de Angelo para marcarlo con una cruz de hierro al rojo en la frente, se le vió claramente los cuernos que tenía ocultos. Entonces no eran pequeñas protuberancias sino claros cuernos negros, rasgo inequívoco de sus tratos con demonios.

Paolo le amenazó con que si no confesaba, le torturaría hasta el final de su existencia. El infernalista se resistió y Paolo, con paciencia, volvió a salir de la habitación para regresar con un tarro de arañas. Con un bisturí que tenía allí entre otros objetos quirurjicos y otros objetos de tortura que al parecer no sólo decoraban el siniestro habitáculo, le practicó una incisión en la piel de la muñeca y otra en el hombro... y por ellas introdujo algunas de esas pequeñas criaturas para provocarle una insoportable sensación. Tras un largo rato d tortura Angelo terminó confesando seguir la Senda de las Revelaciones Perversas, pero le dirá que no conoce el nombre de su Maestro Infernal, pero sí que lo sabe su mentor en la senda. Dirá que su mentor es uno de los recientes inquisidores… finalmente señalará a la joven Lasombra inconsciente (Carmen) como su mentor.

Paolo, sorprendido, sacará a Angelo al patio y lo atará a una silla de piedra que hay en el centro de un pequeño jardín, con la idea de dejarlo ahí hasta que amanezca para que recibiera el último beso del sol.

Acto seguido entraría de nuevo en el chalet, ataría a Carmen en la silla de interrogatorio y les diría a los demás que se reúnan allí mismo a la noche siguiente nada más despertarse. El que así lo deseara podía pasar esa noche en la casa de Paolo, para así no tardar tanto en llegar. El grupo se queda allí, bien sea en la casa o Siegfried en su furgoneta. Ninguno estaba dispuesto a abandonar a Carmen, la necesitaban para su verdadera misión.

CONTINUARÁ...


lunes, 24 de octubre de 2016

Noche 2. Palermo. Isla de Sicilia. Italia. [22:00 horas. Media Luna Menguante]

Al caer la noche el grupo se reunió. Siegfried y Makawee les contó a los demás lo encontrado en la dirección. Todos estaban de acuerdo en volver a la casa entonces que era de noche y era posible que Humberto andara haciendo de las suyas.

Todos se montaron en la furgoneta de Siegfried y tomaron rumbo a las afueras de Palermo. Cinco minutos de trayecto y Makawee sintió que un coche negro lleva bastante rato siguiéndolos, doblando en las mismas esquinas, acelerando si ellos aumentan la velocidad... así que lo comentó dentro de la furgoneta. Siegdfried, que era quien conducía, miró por el espejo retrovisor y efectivamente, un coche negro seguían sus pasos desde cerca. 

Comenzó a aumentar la velocidad e intentar despistar al coche negro y por un instante pareció que así fue. Siegfried llamó a Paolo, pues tuvo la corazonada de que tal vez era el inquisidor que se dirigía a la misma dirección que ellos, al llamarlo por el manos libres descubrieron que no. Paolo seguía en su investigación en otro lugar buscando a Angelo pues lo relacionaban con un caso pasado de infernalismo que llevó la inquisición, pero se alegraba de saber que iban a la casa de Humberto y seguían su propio hilo de investigación. Siegfried le dijo que tenía algo que enseñarle, posibles pruebas de infernalismo, así que quedaron en verse en la entrada de la casa de las afueras.

Entonces Siegfried  torció y se metió en un callejón sin salida con el objetivo de encerrarse con los perseguidores, pero el coche negro se despistó y siguió adelante. Así que el grupo decidió seguirlos y averiguar quienes eran y por qué los estaban siguiendo. 

El coche negro aceleró cuando se sintieron perseguidos por la furgoneta del cazador, pero ellos no cesasron en el empeño de alcanzarles. El coche negro alcanzaba mucha más velocidad y potencia, por lo que Mlod decidió actuar impulsivamente, sacó medio cuerpo por una de las ventanillas y disparó tres veces hasta alcanzar una de las ruedas traseras del OPEL negro. El coche se desestabilizó y perdió velocidad, pero continuaba sacándoles ventaja. Entonces llegaron a un semáforo que se ponía casualmente en rojo y el coche negro disminuyó la velocidad, pero Siegfried arremetió con velocidad empujándolo a la calle trasversal por la que cruzaban otros coches en ese momento. El coche negro esquivó con suerte el posible choque y continuó huyendo. Una vez más Mlod salió por la ventanilla y disparó, motivado por la adrenalina del momento, acertando en la otra rueda trasera, lo que provocó la desestabilización total del automóvil y su salida de la calzada. El coche acabó derrapando y subiéndose a la acera chocando contra la pared de un vacío local en venta.

Mlod, Makawee, Dafne se acercaron a ver, mientras Astaroth se quedaba más atrás de sus compañeros cerca de la furgoneta. Siegfried y Carmen no se bajaron del vehículo. 

Cuando llegaron resultaron ser dos muchachos que volvían a casa tras ver una película en el cine. Todo había sido un error, en el asiento trasero del coche negro había una vacía bolsa de palomitas y dos entradas para Inferno de Tom Hanks era la prueba de que los jóvenes asustados decían la verdad. Los chicos estaban muy asustados, les habían perseguido y disparado desde una furgoneta y tras sacarlos de la calzada unos tipos raros los amenazaban y preguntaban a donde se dirigían. Los inocentes humanos casualmente vivían cerca de la residencia de Humberto, esa era la razón por la que se dirigían al mismo lugar que ellos. Uno de ellos había recibido un fuerte golpe en la cabeza y estaba medio inconsciente; pero el otro no y era quien contestaba a las preguntas de Mlod

Como todo resultó ser un error, el vampiro ravnos no quiso que todo lo sucedido resultara haber sido para nada y mordió al joven humano, bebiendo de él al menos un poco. Lamió la herida para no dejar pruebas o se desangrara por completo, y lo dejó inconsciente dentro del coche siniestrado. El grupo regresó a la furgoneta, para volver a retomar su verdadero rumbo.

Llegaron a la dirección de la casa sin ningún otro percance, aunque todos miraban de soslayo a Makawee quien motivó la persecución del coche negro, preguntándose si la impresión de la garou fue real o producto de su imaginación. Ella estaba totalmente convencida de que no había sido una falsa impresión suya; pero todos, especialmente Siegfried, se lo pensaría dos veces a partir de entonces, si con sus acciones ponía en peligro la vida de humanos inocentes.

Junto a la entrada de la casa, semioculto en las sombras Paolo esperaba al grupo. Makawee Siegfried le mostraron el maletín y el ojo, y el inquisidor confirmó que estaban en lo cierto, ambas cosas se utilizaban para prácticas infernalistas. 
- Concretamente, se extrae quirurgicamente el ojo de un humano y el vampiro infernalista lo sustituye en su cráneo por el suyo propio en un ritual para comunicarse con su señor infernal, éste acto puede provocar la locura en el portador del ojo o una devoción aún mayor en su maestro -explicó el inquisidor.
Entonces Paolo llamó por teléfono a sus compañeros inquisidores y les puso al corriente del hallazgo, Humberto era oficialmente incluido en la lista de infernalistas perseguidos por la inquisición del Sabbat. Pero éstos solicitaban la presencia de Paolo de nuevo, otra misión lo requería en otra parte de la ciudad sobre el tema de Angelo y los infernalistas que mataron al Sire de Paolo Cavalcanti.

Así que el grupo debía volver a entrar sin el apoyo de Paolo en el refugio de Humberto que era un pequeño chalet ubicado a las afueras de Palermo. Todo el grupo comprobó entonces que el jardín estaba descuidado, los cristales de las ventanas rotos y la fachada de la casa presentaba una apariencia siniestra. Cuando entraron, la casa parecía normal, aunque algo sucia, llena de polvo y escombros. El suelo de madera vieja, crujía con cada paso. En la casa reinaba una sensación de malestar, como si algo malo fuera a pasar de un momento a otro; pero ellos entraron igualmente y comenzaron a inspeccionar la planta baja.

No parecía haber nadie, pero Dafne recibió pequeños destellos mentales de la casa, esta vez más sombría, habitada por varios seres de color negro que sonreían. En esta visión, podía observarse que del suelo de la casa emanan espirales de negrura y maldad. Los demás no podían ver nada, pero sentían escalofríos cada cierto tiempo mientras registraban habitaciones, armarios y cajones. El Baali se siente normal, muy a gusto pues la sensación de la casa le resulta vagamente familiar.

A Dafne le llamó la atención uno de esos espectros negros en especial, uno que se movía en círculos en el salón y de pronto decidió ir a la cocina cargando algo imperceptible para la toreador. La vampira concluyó que debía significar algo, por lo que decidió seguirlo y así comprobó como dicho espectro desaparecía tras un mueble de la cocina. Avisó a sus compañeros que se reunieron con ella en la cocina, ella señaló el mueble y todos intentaron mover y buscar un mecanismo para mover la alacena.

Por la fuerza, el armario no se movía ni un centímetro pero una investigación más concienzuda dio como resultado que uno de los cajones pequeños junto a los fogones era en realidad una palanca que activaba un mecanismo que hacía desplazarse ese mueble en especifico y al moverse quedaba visible un hueco en la pared. 
Por el hueco se accedía a una habitación de paredes totalmente blancas y aparentemente vacía, por no tener, no tenía ni ventanas. Cuando Dafne intenta entrar en dicha habitación como el resto, no pudo soportar la estancia en dicha habitación. Comenzó a oír susurros y gritos de dolor por todas partes que la atormentaban terriblemente. Dafne tuvo que salir urgentemente de allí y observar desde fuera, mientras esperaba a los demás.
Investigando a fondo el níveo cuarto, se reveló una pequeña mancha de sangre en una losa concreta del suelo. Esa parte del suelo, además, parecía haber sido tapiada hacía poco, y golpeando con los nudillos descubrieron que sonaba a hueco. Makawee con su hacha decidió romper las losas falsas y tras varios golpes consiguió hacer un agujero lo suficientemente grande para que entrara una persona. Entonces la polvareda amainó y vislumbraron una escalerilla, que parecía conducir a las alcantarillas. 

Abajo sólo había un camino, y las sensaciones de inquietud y peligro fueron aumentando hasta llegar a una pequeña cámara sin salida. Dentro de aquel pasillo la sensación de inquietud se convirtió en miedo, y sólo aquellos que demostraron tener más coraje pudieron avanzar hacia la habitación. Carmen y Astaroth se quedaron paralizados por un momento. Los que tuvieron fuerzas para resistir el miedo continuaron hacia adelante por el oscuro pasillo subterráneo, con la única iluminación de la linterna de Siegfried. La cámara resultó ser un lugar muy frío y lleno de humedad. Se encontraba totalmente a oscuras, aunque encontraron una solitaria bombilla en el techo que pudieron encender.

Al encender la bombilla, la visión sobrecogió a los presentes. Varios cadáveres en estado de descomposición avanzado (aunque no apestaban) en mesas y mobiliario destinado a la tortura. En la pared había pintadas varias con símbolos en sangre, y un nombre que se repetía de forma obsesiva, SAMAEL

Carmen, aún parada en el oscuro pasillo comenzó a oír una voz en su cabeza. Una voz muy grave y distorsionada, que no hacía más que repetir una cosa: Dolor. La cainita decide volver atrás y reunirse con Dafne, no puede soportar más estar allí abajo. El Baali se recompone de valor y avanza junto a los otros, entra en la cámara y reconoce el nombre de SAMAEL. Es el Señor del Dolor y se alimenta precisamente de eso.

Estar allí abajo es desagradable para todos y a simple vista no hay nada más que les aporte una pista para la investigación, así que deciden volver arriba y contar lo descubierto a los demás. Una vez juntos, los "aprendices de inquisidores" se preguntan qué pasa con Humberto que no está en su supuesto escondite. ¿Qué se les ha escapado?

Como no sabían que hacer, decidieron ir a visitar a Los Hijos de la Divina Comedia que eran la última manada de informadores que Paolo les había mencionado. Visitaron el refugio comunal, y se presentaron como enviados del Inquisidor Paolo Cavalcanti. Tiziano fue el primero al que se encontró el grupo y éste los condujo a los otros miembros de la manada. Tiziano les contó que eran una cofradía bastante joven en términos vampíricos (no llegaban al siglo y medio). Tenían un interés bastante particular en la obra de Dante Aligheri, y habían leído todas sus publicaciones. Pero sin duda, La Divina Comedia era el más interesante objeto de estudio por parte de estos vampiros, que intentaban encontrar información críptica, y, al parecer, habían hecho un descubrimiento importante.

Los más nuevos fichajes de la manada eran Aldo y Antonella, una pareja de Ventrue antitribu. Ambos chiquillos de un mismo Ventrue. Eran amantes en sus vidas mortales y lo siguen siendo ahora. El Sabbat acabó con su Sire y le dio a la pareja la oportunidad de unirse a sus filas. Ella es una autentica guerrera y él un afanado estudioso. Están obsesionados con el honor y la justicia y les gustaría llegar a formar parte de la Inquisición del SabbatAldo y Antonella, resultan ser los más ilustrados en el tema. Aldo estudiaba los posibles casos de Infernalismo en Italia y tenía una lista de posibles candidatos a infernalistas. Antonella les contará las sospechas que tenía sobre Humberto, pero que, además, sospecha del sacerdote de los Lectores del Apocalipsis. Les ofrece a los personajes dicha lista en la que aparece destacadamente los nombres de Humberto y Angelo (sacerdote de Los Lectores del Apocalipsis del que sospecha desde hace pocos meses).

Allí presente en la reunión estaba el fundador de la manada, un estudioso Assamita Antitribu de la 8ª generación llamado Giacomo, que actualmente aprovechaba cualquier momento de su tiempo para estudiar sobre Dante. Es un hombre tranquilo y sereno, y no tiene más meta que estudiar, aunque cuando se le provoca puede ser un adversario fuertemente poderoso. No estaba de acuerdo con que el grupo al completo entrara en su refugio comunal, era muy celoso de su territorio y mantenía unas estrictas normas de acceso. Pero, por el entusiasmo de Aldo y Antonella con el caso... intentó hacer la vista gorda por aquella vez.

El sacerdote de la manada era Filippo, y se trataba de un Tzimisce de la 9ª generación. Apenas había llegado al siglo hacía poco, aunque en Palermo se le consideraba un Sabbat digno de su nombre, físicamente no se le nota que era un Tzimisce, pues usaba su disciplina de visicitud para parecer un apuesto hombre rubio.

Cuando salieron de allí, el grupo tenía algo claro: había más de un infernalista en el tablero de juego y tal vez de Humberto no tenían ni idea sobre dónde podrían encontrarlo, pero Angelo ya le habían visto la cara y sabían de quien lo podría estar protegiendo.Tras llamar y dar esta información al inquisidor al frente de la misión, Paolo, éste decidió hacerles una nueva visita a Los Lectores del Apocalipsis a la noche siguiente. La presencia del grupo era requerida también por la ayuda que pudieran llegar a facilitar.

CONTINUARÁ...

jueves, 20 de octubre de 2016

Día 2. Palermo. Isla de Sicilia. Italia. [15:08 horas. Soleado]

Siegfried y Makawee llegaron en la furgoneta del cazador a la dirección proporcionada por el cainita Vincent Daniels a las afueras de Palermo. Desde fuera parecía una vivienda deshabitada, el pequeño césped de la entrada estaba crecido y descuidado, las ventanas cerradas y bloqueadas con tablones de madera, la pintura desconchada... podría ser, perfectamente, la casa embrujada de la urbanización, a la que los niños no se acercan por miedo al monstruo que reside dentro. Monstruo del que, Siegfried y Makawee, conocían perfectamente su nombre y reciente actividad.

Antes de entrar en el posible refugio del vampiro infernalista , los allanadores partieron todos los cristales de las ventanas, con el objetivo de hacer entrar la luz del día dentro de la vivienda y así tener un acceso más seguro al interior.

Ambos entraron en la casa, que en un primer momento parece completamente normal, aunque un poco sucia, llena de polvo y escombros; pero no se le veía un estado tan abandonado como aparentaba estar por su estado exterior. El suelo era de madera vieja y crujía a cada paso que daban. Ambos se sentían incómodos en el lugar, en la vivienda reinaba una sensación de malestar, como si algo malo estuviese a punto de pasar.

Observando la vivienda, ésta estaba compuesta por dos plantas: una planta baja con salón, cocina y aseo, y una planta alta con dos dormitorios y otro baño. El mobiliario es el típico de una segunda residencia, tal vez una casa de vacaciones... muebles básicos y baratos. No hay nada llamativo, ni distintivo sobre vástagos, infernalistas u otras criaturas de Mundo de Tinieblas... es una casa completamente normal, salvo por la negativa sensación que se respira allí dentro.

El cazador y la garou, investigaron y registraron habitación por habitación, hasta encontrar por fin algo que les llama la atención. En una de las habitaciones, bajo la cama, había un maletín médico con material quirúrgico y junto al maletín un ojo humano en perfecto estado de extracción. El cazador fotografió todo en el estado en el que se lo encontró (para documentar el caso para Hunter.net), cogió las pruebas y los deciden llevárselas al inquisidor.

Makawee le pidió a Siegfried que la esperase mientras comprobaba una cosa. Se acercó a un espejo próximo en el dormitorio y mirando su reflejo en el cristal, se concentró de tal modo que logró pasar al plano espiritual. Allí todo tenía un aspecto gris desvaído y etéreo; aunque la disposición de la estancia y la casa en general era la misma.

De pronto Makawee vio entrar una oscura y silenciosa silueta en el dormitorio, parecía hacer alguna cosa junto al armario y volvía a salir. La garou siguió al espectro fuera de la habitación, allí comprobó que otras sombras espectrales deambulan por la casa, repitiendo sin cesar aquellas últimas cosas que hicieron, supuestamente, antes de morir. La mayor concentración de esas sombras sin rostro estaba en el salón de la vivienda, allí se organizaban en círculos y se movían de forma ritual, en una especie de sacrificio o algo. En el suelo del salón, espirales de bruma negra rezumaba esa sensación maligna, que ahora Makawee sentía con mayor intensidad. La actividad espiritual era intensa allí, los espectros iban y venían por todas partes de la casa, pero ignoraban la presencia de la garou... como si aquello sólo fuese un eco de un momento concreto del pasado y aquellos entes ya no contaran con conciencia alguna. Makawee abrumada por la visión decidió volver a la habitación y contarle lo visto a Siegfried.

Juntos decidieron volver al refugio de Lucrecia y descansar, para enseñarle las pruebas a Paolo y volver al caer la noche con los demás, cuando suponían que encontrarían una actividad muy distinta.



Noche 1. Palermo. Isla de Sicilia. Italia. [01:12 horas. Luna Menguante]

Lucrecia sale de la habitación, caminando extraordinariamente ágil para la impresión que da su pequeño y demacrado cuerpo. El dispar grupo se queda a solas con el inquisidor Paolo. A partir de entonces el grupo se hizo pasar por aprendices de inquisidores y colaborar con Paolo en la búsqueda de infernalistas, pues uno de ellos tiene la pista que necesitan para encontrar la Lanza del Destino.

El Inquisidor Paolo Calvalcanti tenía una lista con varios lugares que visitar y gente a la que interrogar, pues estaba investigando un caso de Infernalismo, del que se había enterado debido a unos rumores que existían sobre varios miembros de La Secta (El Sabbat) en Palermo....
Se contaban tres manadas a las que visitar, que por orden son: Lectores del Apocalipsis, Hermanos de la Sangre Corrompida e Hijos de la Divina Comedia.
Paolo instó a sus provisionales ayudantes a que le acompañasen al refugio comunal de los Lectores del Apocalipsis. El trayecto hasta el mismo fue tranquilo, comenzó a llover y se cruzaron con muy pocas personas, apenas una pareja de enamorados que se refugiaron en un portal y a un solitario perro vagando y buscando restos de comida en un contenedor de basura...  una noche tranquila.


Una vez llegaron al refugio, resultó ser un teatro "Teatro Massimo" aparentemente en uso y funcionamiento, pues tenía focos que lo iluminaban, el edificio estaba limpio y bien mantenido, además en la calle carteles avisaban de próximos eventos. Vieron a Marco esperando junto a la escalera de la entrada principal. Era un conocido de Paolo y se había puesto en contacto con él para concertar la visita. Paolo le saludó y presentó al grupo como compañeros y aprendices de inquisidor. Anunció a Marco que su compañera Carmen entraría con Astaroth y Dafne a inspeccionar las instalaciones y hablar con los otros miembros de la manada, mientras él y los demás se quedaba fuera haciéndole un par de preguntas.

El grupo se dividió y mientras Paolo, Makawee, Siegfried y Mlod hacían preguntas sobre la manada, cual era su función y objetivos, si habían acogido algún nuevo miembro recientemente, en qué basaban su fe, preguntas sobre el Ductus y el Sacerdote de la manada, etc (conversación de la que extrajeron que Angelo, el sacerdote de la manada, últimamente tenía una extraña conducta, entradas y salidas, secretos, etc); los otros tres entraron y comprobaron que dentro estaban ensayando “El pecado de Caín”, obra que iban a interpretar en el próximo festival de la ciudad. 
En ella, el que hacía de Caín, iba vestido con pieles de carnero. Un hombre humano mortal de mediana edad, hacía de Abel, también iba vestido con pieles de carnero. Parecía estar drogado o que le habían hecho algo para que se ciñera a su papel a la perfección. Después de que Caín depositara su sacrificio de vegetales encima de un altar, lo hizo Abel con el suyo de carne. Una “voz en off”, apremió a Abel, mientras que le dijo a Caín que su sacrificio no era digno de Él. Caín, celoso, asesinó a su hermano con un cuchillo y depositó su sangre un barreño y lo puso sobre el altar. La “voz en off” apremió a Caín diciendo: 
Tú que sacrificas a tu propio hermano para demostrarme tu devoción, tú que me ofreces Sangre de tu Sangre ,tú has demostrado ser digno de mi favor, que te será otorgado, a partir de ahora vivirás de los hijos de tus hermanos, inmortal, poderoso y eterno como yo, ahora ve a Enoch, pues eres mi Elegido y llegará el día en que reines sobre los Hijos de tu próximo hermano, Seth”. 
Dicho esto, acabará la obra. 
Tras presenciar el ensayo Carmen y Dafne se acercaron. El director de la obra, que coordinaba la escena desde el patio de butacas se presenta como Serj Valkian, el Ductus de la manada. Es un Tzimisce  de la 7º generación en su apariencia original, les pregunta que les ha parecido el ensayo y las invita a venir el día del estreno. Astaroth, prefiere mantenerse en la distancia, observando quien hace qué y oyendo la conversación de sus compañeras. 

Entre los integrantes de la manada también conocieron a Angelo que le ofreció un sorbo de sangre de la recién extraída en la interpretación de la obra, trago que aprovechó Carmen que lo estaba deseando. Se presentó como el sacerdote de la manada, quien se dedica principalmente al estudio del Apocalipsis en libros y fragmentos antiguos perdidos. Les explica que su fe se basa la Herejía Cainita, donde se creen por encima de los humanos porque Dios aceptó el sacrificio de Abel por parte de Caín, dotándole de la inmortalidad. Dafne tiene una extraña sensación de incomodidad en presencia del sacerdote que también es un Tzimisce que, por alguna razón, no usa vicisitud. Les confiesa a ambas que su sire es Serj y que todos los integrantes de la manada llevan juntos más de 100 años, por lo que no desconfía de ninguno de ellos.

La mala sensación que provoca el Tzimisce en la toreador Dafne, unido al afán del sacerdote porque todo parezca de lo más normal, impulsa a Carmen a usar su disciplina DOMINACIÓN: ORDEN, obligando al interrogado a "confesar" aquello que oculta. No es la mejor imposición de la joven Lasombra, por lo que apenas le sacan que últimamente se estaba viendo con otra manada, siendo (por así decirlo) infiel a su manada y a su Sire a quien estaba muy unido no hace mucho tiempo. Astaroth no termina de acercarse, pero siente algo curiosamente familiar en Angelo.

El sacerdote afectado por el poder de Carmen, se siente algo mareado... Dafne aprovecha, lo hace sentarse y le echa la cabeza para atrás, descubriendo unas pequeñas protuberancias en la piel de su frente. La Toreador manifiesta su duda acerca de si esas protuberancias son un signo infernalismo o si es uno de los raros rasgos del Tzimisce. Sus compañeros lo ignoran, por lo que deciden terminar de registrar el teatro y los camerinos de los actores para reunirse con los demás y comentar lo descubierto.

El grupo junto a Paolo se marcharon del teatro. Pusieron en común lo visto y escuchado por ambas partes. Paolo les pidió cualquier impresión o información obtenida. El grupo concluyó que Angelo era, por ahora, el principal sospechoso.


Esa misma noche, visitaron a los Hijos de la Sangre Corrompida, casa por casa, ya que todos se encuentran en un mismo edificio que pertenece a la manada. Tras hacerse pasar de nuevo por inquisidores, fueron recibidos por Vitorio un ex monje católico Lasombra de la 7º generación bastante temeroso de Dios y de la Inquisición, por lo que no puso ninguna traba o impedimento a la investigación del grupo. Los condujo a un salón de reuniones y llamó al resto de la manada para que prestaran declaración.

Vitorio les contó al inusual grupo de inquisidores que Los Hijos de la Sangre Corrompida fue una de las primeras manadas del Sabbat, que al principio era itinerante, pero que terminaron asentándose en Palermo. El nombre de la manada viene porque su primer Ductus conservaba sus creencias mortales y creía que el Don de Caín era un castigo divino. Creencia que sigue patente en la manada. Afirmó actualmente eran muy pocos y que estaban en busca de un nuevo hermano, ya que hacía muy poco les abandonó uno de los suyos… Humberto

Francesca se presenta como la más joven de la manada, es una Tremere Antitribu de la 9ª generación, fue recomendada para el puesto que ocupa actualmente, el de sacerdotisa. Era psicóloga en vida y su objetivo actualmente es llevar una existencia tranquila, el conocimiento, el estudio y creación de nuevos tipos de ritae. Está contenta de pertenecer a esta manada porque es una de las principales que se encarga de conservar la Taumaturgia dentro del Sabbat.

Otro miembro de la manada, que se presenta como Vincent Daniels, un Ventrue Antitribu inglés de la 6ª generación, les cuenta que procede de una noble familia británica y que fue ghoul durante mucho tiempo de un Ventrue de su misma familia (su bisabuelo) y que desde antes de ser vampiro conocía bastante sobre las costumbres de los Vástagos de la Camarilla. Después de años de servidumbre su bisabuelo lo abrazó, pero él ya tenia tratos con el Sabbat y pretendía derrocarlo... terminó diabolizando a su cruel bisabuelo, lo que le hizo pasar de la 8º a la 6º generación. No lo oculta, sino que considera que aquel acto es algo de lo que estar orgulloso. Vincent es un diestro soldado que se mueve por lo que cree que es justo y de incuestionable honor. Fue él quien extendió los rumores de Infernalismo en la ciudad, ya que sospechaba de su anterior compañero: Humberto

Humberto era muy apreciado por la manada, hasta que Vincent regresó de uno de sus últimos viajes a Inglaterra para visitar a sus parientes vivos con los que sigue en contacto y los cuida… Fue entonces cuando empezó a sospechar de él. Por lo que él había descubierto investigando, siguiendo y espiando a Humberto, el sospechoso infernalista había secuestrado un gran número de niños y jóvenes vírgenes. Seguía en la ciudad escondido (cree saber una posible dirección de su actual escondite) y es seguidor de LA SENDA DE LAS REVELACIONES PERVERSAS.
El grupo pidió que les diera dicha dirección, que resultó estar en las afueras de la ciudad, a más de una hora de camino. Vincent, muy comprometido con la causa, se ofrece a ayudar al grupo, pero Siegfried le pide que se mantenga al margen. No le gustó el pretencioso y altivo ventrue.
- ¡Tienes acento británico! ¿Eres inglés? -intentó entablar simpatía el interesado ventrue.
- No. Soy de Gales -cortó el cazador.
Paolo dijo al grupo que irían juntos a la dirección indicada a la noche siguiente, pues ya estaba muy próximo el amanecer. Para aquellos que no tuvieran donde quedarse, les recomendó que volviesen al refugio de Lucrecia. Un lugar seguro para las horas de sol.

Siegfried y Makawee se ofrecieron a hacer una visita a la casa durante el día, sólo para echar un vistazo y así adelantar algo de trabajo.