Blog dedicado a la Crónica: La Lanza del Destino

Blog dedicado a la Crónica: LA LANZA DEL DESTINO. Partida de seis jugadores de Vampiro la Mascarada (V20) en 6 actos.

ACTO 1: Luna de Sangre. ACTO 2: Flor de Amaranto. ACTO 3: Voivoda Sangriento. ACTO 4: ¿? ACTO 5: ¿?

PERSONAJES: Carmen (LaSombra), Mlod (Ravnos), Siegfried Bale (Cazador), Dafne (Toreador), Makawee (Garou), Astaroth (Baali)

lunes, 24 de octubre de 2016

Noche 2. Palermo. Isla de Sicilia. Italia. [22:00 horas. Media Luna Menguante]

Al caer la noche el grupo se reunió. Siegfried y Makawee les contó a los demás lo encontrado en la dirección. Todos estaban de acuerdo en volver a la casa entonces que era de noche y era posible que Humberto andara haciendo de las suyas.

Todos se montaron en la furgoneta de Siegfried y tomaron rumbo a las afueras de Palermo. Cinco minutos de trayecto y Makawee sintió que un coche negro lleva bastante rato siguiéndolos, doblando en las mismas esquinas, acelerando si ellos aumentan la velocidad... así que lo comentó dentro de la furgoneta. Siegdfried, que era quien conducía, miró por el espejo retrovisor y efectivamente, un coche negro seguían sus pasos desde cerca. 

Comenzó a aumentar la velocidad e intentar despistar al coche negro y por un instante pareció que así fue. Siegfried llamó a Paolo, pues tuvo la corazonada de que tal vez era el inquisidor que se dirigía a la misma dirección que ellos, al llamarlo por el manos libres descubrieron que no. Paolo seguía en su investigación en otro lugar buscando a Angelo pues lo relacionaban con un caso pasado de infernalismo que llevó la inquisición, pero se alegraba de saber que iban a la casa de Humberto y seguían su propio hilo de investigación. Siegfried le dijo que tenía algo que enseñarle, posibles pruebas de infernalismo, así que quedaron en verse en la entrada de la casa de las afueras.

Entonces Siegfried  torció y se metió en un callejón sin salida con el objetivo de encerrarse con los perseguidores, pero el coche negro se despistó y siguió adelante. Así que el grupo decidió seguirlos y averiguar quienes eran y por qué los estaban siguiendo. 

El coche negro aceleró cuando se sintieron perseguidos por la furgoneta del cazador, pero ellos no cesasron en el empeño de alcanzarles. El coche negro alcanzaba mucha más velocidad y potencia, por lo que Mlod decidió actuar impulsivamente, sacó medio cuerpo por una de las ventanillas y disparó tres veces hasta alcanzar una de las ruedas traseras del OPEL negro. El coche se desestabilizó y perdió velocidad, pero continuaba sacándoles ventaja. Entonces llegaron a un semáforo que se ponía casualmente en rojo y el coche negro disminuyó la velocidad, pero Siegfried arremetió con velocidad empujándolo a la calle trasversal por la que cruzaban otros coches en ese momento. El coche negro esquivó con suerte el posible choque y continuó huyendo. Una vez más Mlod salió por la ventanilla y disparó, motivado por la adrenalina del momento, acertando en la otra rueda trasera, lo que provocó la desestabilización total del automóvil y su salida de la calzada. El coche acabó derrapando y subiéndose a la acera chocando contra la pared de un vacío local en venta.

Mlod, Makawee, Dafne se acercaron a ver, mientras Astaroth se quedaba más atrás de sus compañeros cerca de la furgoneta. Siegfried y Carmen no se bajaron del vehículo. 

Cuando llegaron resultaron ser dos muchachos que volvían a casa tras ver una película en el cine. Todo había sido un error, en el asiento trasero del coche negro había una vacía bolsa de palomitas y dos entradas para Inferno de Tom Hanks era la prueba de que los jóvenes asustados decían la verdad. Los chicos estaban muy asustados, les habían perseguido y disparado desde una furgoneta y tras sacarlos de la calzada unos tipos raros los amenazaban y preguntaban a donde se dirigían. Los inocentes humanos casualmente vivían cerca de la residencia de Humberto, esa era la razón por la que se dirigían al mismo lugar que ellos. Uno de ellos había recibido un fuerte golpe en la cabeza y estaba medio inconsciente; pero el otro no y era quien contestaba a las preguntas de Mlod

Como todo resultó ser un error, el vampiro ravnos no quiso que todo lo sucedido resultara haber sido para nada y mordió al joven humano, bebiendo de él al menos un poco. Lamió la herida para no dejar pruebas o se desangrara por completo, y lo dejó inconsciente dentro del coche siniestrado. El grupo regresó a la furgoneta, para volver a retomar su verdadero rumbo.

Llegaron a la dirección de la casa sin ningún otro percance, aunque todos miraban de soslayo a Makawee quien motivó la persecución del coche negro, preguntándose si la impresión de la garou fue real o producto de su imaginación. Ella estaba totalmente convencida de que no había sido una falsa impresión suya; pero todos, especialmente Siegfried, se lo pensaría dos veces a partir de entonces, si con sus acciones ponía en peligro la vida de humanos inocentes.

Junto a la entrada de la casa, semioculto en las sombras Paolo esperaba al grupo. Makawee Siegfried le mostraron el maletín y el ojo, y el inquisidor confirmó que estaban en lo cierto, ambas cosas se utilizaban para prácticas infernalistas. 
- Concretamente, se extrae quirurgicamente el ojo de un humano y el vampiro infernalista lo sustituye en su cráneo por el suyo propio en un ritual para comunicarse con su señor infernal, éste acto puede provocar la locura en el portador del ojo o una devoción aún mayor en su maestro -explicó el inquisidor.
Entonces Paolo llamó por teléfono a sus compañeros inquisidores y les puso al corriente del hallazgo, Humberto era oficialmente incluido en la lista de infernalistas perseguidos por la inquisición del Sabbat. Pero éstos solicitaban la presencia de Paolo de nuevo, otra misión lo requería en otra parte de la ciudad sobre el tema de Angelo y los infernalistas que mataron al Sire de Paolo Cavalcanti.

Así que el grupo debía volver a entrar sin el apoyo de Paolo en el refugio de Humberto que era un pequeño chalet ubicado a las afueras de Palermo. Todo el grupo comprobó entonces que el jardín estaba descuidado, los cristales de las ventanas rotos y la fachada de la casa presentaba una apariencia siniestra. Cuando entraron, la casa parecía normal, aunque algo sucia, llena de polvo y escombros. El suelo de madera vieja, crujía con cada paso. En la casa reinaba una sensación de malestar, como si algo malo fuera a pasar de un momento a otro; pero ellos entraron igualmente y comenzaron a inspeccionar la planta baja.

No parecía haber nadie, pero Dafne recibió pequeños destellos mentales de la casa, esta vez más sombría, habitada por varios seres de color negro que sonreían. En esta visión, podía observarse que del suelo de la casa emanan espirales de negrura y maldad. Los demás no podían ver nada, pero sentían escalofríos cada cierto tiempo mientras registraban habitaciones, armarios y cajones. El Baali se siente normal, muy a gusto pues la sensación de la casa le resulta vagamente familiar.

A Dafne le llamó la atención uno de esos espectros negros en especial, uno que se movía en círculos en el salón y de pronto decidió ir a la cocina cargando algo imperceptible para la toreador. La vampira concluyó que debía significar algo, por lo que decidió seguirlo y así comprobó como dicho espectro desaparecía tras un mueble de la cocina. Avisó a sus compañeros que se reunieron con ella en la cocina, ella señaló el mueble y todos intentaron mover y buscar un mecanismo para mover la alacena.

Por la fuerza, el armario no se movía ni un centímetro pero una investigación más concienzuda dio como resultado que uno de los cajones pequeños junto a los fogones era en realidad una palanca que activaba un mecanismo que hacía desplazarse ese mueble en especifico y al moverse quedaba visible un hueco en la pared. 
Por el hueco se accedía a una habitación de paredes totalmente blancas y aparentemente vacía, por no tener, no tenía ni ventanas. Cuando Dafne intenta entrar en dicha habitación como el resto, no pudo soportar la estancia en dicha habitación. Comenzó a oír susurros y gritos de dolor por todas partes que la atormentaban terriblemente. Dafne tuvo que salir urgentemente de allí y observar desde fuera, mientras esperaba a los demás.
Investigando a fondo el níveo cuarto, se reveló una pequeña mancha de sangre en una losa concreta del suelo. Esa parte del suelo, además, parecía haber sido tapiada hacía poco, y golpeando con los nudillos descubrieron que sonaba a hueco. Makawee con su hacha decidió romper las losas falsas y tras varios golpes consiguió hacer un agujero lo suficientemente grande para que entrara una persona. Entonces la polvareda amainó y vislumbraron una escalerilla, que parecía conducir a las alcantarillas. 

Abajo sólo había un camino, y las sensaciones de inquietud y peligro fueron aumentando hasta llegar a una pequeña cámara sin salida. Dentro de aquel pasillo la sensación de inquietud se convirtió en miedo, y sólo aquellos que demostraron tener más coraje pudieron avanzar hacia la habitación. Carmen y Astaroth se quedaron paralizados por un momento. Los que tuvieron fuerzas para resistir el miedo continuaron hacia adelante por el oscuro pasillo subterráneo, con la única iluminación de la linterna de Siegfried. La cámara resultó ser un lugar muy frío y lleno de humedad. Se encontraba totalmente a oscuras, aunque encontraron una solitaria bombilla en el techo que pudieron encender.

Al encender la bombilla, la visión sobrecogió a los presentes. Varios cadáveres en estado de descomposición avanzado (aunque no apestaban) en mesas y mobiliario destinado a la tortura. En la pared había pintadas varias con símbolos en sangre, y un nombre que se repetía de forma obsesiva, SAMAEL

Carmen, aún parada en el oscuro pasillo comenzó a oír una voz en su cabeza. Una voz muy grave y distorsionada, que no hacía más que repetir una cosa: Dolor. La cainita decide volver atrás y reunirse con Dafne, no puede soportar más estar allí abajo. El Baali se recompone de valor y avanza junto a los otros, entra en la cámara y reconoce el nombre de SAMAEL. Es el Señor del Dolor y se alimenta precisamente de eso.

Estar allí abajo es desagradable para todos y a simple vista no hay nada más que les aporte una pista para la investigación, así que deciden volver arriba y contar lo descubierto a los demás. Una vez juntos, los "aprendices de inquisidores" se preguntan qué pasa con Humberto que no está en su supuesto escondite. ¿Qué se les ha escapado?

Como no sabían que hacer, decidieron ir a visitar a Los Hijos de la Divina Comedia que eran la última manada de informadores que Paolo les había mencionado. Visitaron el refugio comunal, y se presentaron como enviados del Inquisidor Paolo Cavalcanti. Tiziano fue el primero al que se encontró el grupo y éste los condujo a los otros miembros de la manada. Tiziano les contó que eran una cofradía bastante joven en términos vampíricos (no llegaban al siglo y medio). Tenían un interés bastante particular en la obra de Dante Aligheri, y habían leído todas sus publicaciones. Pero sin duda, La Divina Comedia era el más interesante objeto de estudio por parte de estos vampiros, que intentaban encontrar información críptica, y, al parecer, habían hecho un descubrimiento importante.

Los más nuevos fichajes de la manada eran Aldo y Antonella, una pareja de Ventrue antitribu. Ambos chiquillos de un mismo Ventrue. Eran amantes en sus vidas mortales y lo siguen siendo ahora. El Sabbat acabó con su Sire y le dio a la pareja la oportunidad de unirse a sus filas. Ella es una autentica guerrera y él un afanado estudioso. Están obsesionados con el honor y la justicia y les gustaría llegar a formar parte de la Inquisición del SabbatAldo y Antonella, resultan ser los más ilustrados en el tema. Aldo estudiaba los posibles casos de Infernalismo en Italia y tenía una lista de posibles candidatos a infernalistas. Antonella les contará las sospechas que tenía sobre Humberto, pero que, además, sospecha del sacerdote de los Lectores del Apocalipsis. Les ofrece a los personajes dicha lista en la que aparece destacadamente los nombres de Humberto y Angelo (sacerdote de Los Lectores del Apocalipsis del que sospecha desde hace pocos meses).

Allí presente en la reunión estaba el fundador de la manada, un estudioso Assamita Antitribu de la 8ª generación llamado Giacomo, que actualmente aprovechaba cualquier momento de su tiempo para estudiar sobre Dante. Es un hombre tranquilo y sereno, y no tiene más meta que estudiar, aunque cuando se le provoca puede ser un adversario fuertemente poderoso. No estaba de acuerdo con que el grupo al completo entrara en su refugio comunal, era muy celoso de su territorio y mantenía unas estrictas normas de acceso. Pero, por el entusiasmo de Aldo y Antonella con el caso... intentó hacer la vista gorda por aquella vez.

El sacerdote de la manada era Filippo, y se trataba de un Tzimisce de la 9ª generación. Apenas había llegado al siglo hacía poco, aunque en Palermo se le consideraba un Sabbat digno de su nombre, físicamente no se le nota que era un Tzimisce, pues usaba su disciplina de visicitud para parecer un apuesto hombre rubio.

Cuando salieron de allí, el grupo tenía algo claro: había más de un infernalista en el tablero de juego y tal vez de Humberto no tenían ni idea sobre dónde podrían encontrarlo, pero Angelo ya le habían visto la cara y sabían de quien lo podría estar protegiendo.Tras llamar y dar esta información al inquisidor al frente de la misión, Paolo, éste decidió hacerles una nueva visita a Los Lectores del Apocalipsis a la noche siguiente. La presencia del grupo era requerida también por la ayuda que pudieran llegar a facilitar.

CONTINUARÁ...

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