Blog dedicado a la Crónica: La Lanza del Destino

Blog dedicado a la Crónica: LA LANZA DEL DESTINO. Partida de seis jugadores de Vampiro la Mascarada (V20) en 6 actos.

ACTO 1: Luna de Sangre. ACTO 2: Flor de Amaranto. ACTO 3: Voivoda Sangriento. ACTO 4: ¿? ACTO 5: ¿?

PERSONAJES: Carmen (LaSombra), Mlod (Ravnos), Siegfried Bale (Cazador), Dafne (Toreador), Makawee (Garou), Astaroth (Baali)

miércoles, 19 de octubre de 2016

Noche 1. Palermo. Isla de Sicilia. Italia. [23:45 horas. Luna Menguante]

Parece que va a llover.

Los invitados de Lucrecia llegan, cada uno por separado, a la dirección que aparece en la misteriosa y urgente carta que han recibido hace pocos días. El lugar fijado para la reunión parece ser un monasterio capuchino. No aparenta estar deshabitado ni descristianizado, por lo que resulta una extraña localización para una reunión de criaturas de la noche.

Una vez en la dirección indicada, todos ellos percibieron que junto al monasterio existía una edificación  reformada, con pinta de zona de exposición o museo y que la puerta estaba entornada, a pesar de que el  horario de visitas había finalizado. Los invitados decidieron acercarse a explorar.
Junto a la puerta un cartel anunciaba: Catacumbas de los Capuchinos de Palermo. Horario de visita: 10:00 – 14:00 y 17:00 – 20:00 horas. De lunes a domingo.
Al mirar hacia dentro la estancia rebosa en oscuridad, salvo por una solitaria bombilla que ilumina una esquina al fondo de lo que parece ser una galería con vitrinas y expositores. De entre las sombras surge un rostro amable. En un primer momento parece ser un joven sacerdote con la clásica sotana negra, de piel clara y pelo ensortijado… bastante bien parecido. Ningún símbolo religioso es visible en su indumentaria. El hombre se presenta como Paolo Cavalcanti  y afirma que está allí esperándolos para conducir a los invitados de la señora Lucrecia.

Algunos desconfiaron ante la repentina aparición, otros aceptaron la amable invitación a pasar de buen grado, también hubo quien pensó que lo conducían a una trampa o incluso sólo accedió a entrar pistola en mano… pero todos acabaron entrando con el sacerdote en la oscura exposición de las catacumbas capuchinas.



Al fondo de la oscura galería, la solitaria bombilla indicaba el lugar al que Paolo debía conducir a los invitados de Lucrecia, uno a uno. Los invitados se preguntaban el por qué de la extraña localización para la reunión, un museo de  momias de monjes y civiles disecados, vitrinas con reliquias y amarillentas calaveras. Paolo, en su afán por quitar tensión al momento, les comenta a los invitados acerca de las viejas catacumbas del monasterio que era el cementerio local. Cuando el ayuntamiento financió la reforma del lugar y exhumaron las tumbas descubrieron que todos los cadáveres estaban momificados y en perfecto estado de conservación, así que decidieron crear un museo/exposición… con el permiso de los monjes capuchinos. Paolo también les informa sobre el edificio, que a pesar de pertenecer a los religiosos, no es “Suelo Sagrado”. Así que las criaturas de la noche más sensibles a su efecto… no tienen nada que temer.

A los seis invitados, Paolo los condujo hasta una vitrina en concreto, y junto a ella marcó un número en un casi imperceptible teclado: 4832. Dos de los invitados se fijaron en el código secreto, por si lo necesitaba para salir de allí en caso de emergencia. Los demás se centraron más en que en ese instante Paolo, al contrario que ellos mismos, no se refleja en el cristal de la vitrina. Sólo una de ellos poseía aquella misma debilidad heredada de su clan… aquel descubrimiento infundió confianza a la joven Carmen, pero Paolo ignoró que ellos se habían fijado en ese detalle, pues hacía mucho ya que no echa de menos su reflejo.

El muro junto a la vitrina se desplazó para dar lugar a una entrada secreta que desciende un nivel a lo que parecía una especie de subterráneo. Esto sí era unas antiguas catacumbas. Allí abajo no había luz artificial y todo estaba en penumbra, aunque en algunos escasos puntos cercanos al techo se colaba claridad exterior por unas pequeñas claraboyas. Los invitados siguieron de cerca a Paolo hasta llegar a una puerta bastante pequeña (1,60 m) por la que los personajes más altos tuvieron que agacharse para poder pasar.
- Disculpe la estrechez, estas catacumbas son del siglo XVI y en esa época parece que estaba muy de moda eso de ir agachando la cabeza - bromeó Paolo.
Los invitados entran, desconcertados por lo misterioso de las circunstancias. Algunos no se fían de pasar dentro, si su guía no los acompaña al interior de la estancia. En todos los casos, Paolo hace lo que sea necesario para que los invitados entren y se sientan lo más cómodo posible con la situación.

La habitación a la que acceden no tiene nada que ver con la estrechez del oscuro pasillo de las catacumbas o con lo minúsculo de la puerta para acceder a ella. La habitación de altos techos abovedados está decorada con todos los lujos y comodidades: Sillones de terciopelo, estanterías llenas de libros, cuadros de óleos de diferentes autores y épocas, una lámpara de pie que ilumina vagamente la estancia desde una esquina y una mesa larga con un mantel oscuro y 7 sillas contadas… La mesa siempre presidida por una niña de unos 7 u 8 años vestida completamente de negro con un sencillo vestido que cubre toda su piel, guantes y zapatitos del mismo color y en el rostro una típica máscara de carnaval veneciano.

Esa niña se presenta como Lucrecia e invita a los personajes a pasar y tomar asiento junto a ella, mientras esperan que todas las sillas se ocupen antes de la hora fijada.

Cuando todos ocupen su lugar en la mesa, Lucrecia comenzará a hablarles. Tiene un acento desconocido para todos ellos, aunque se expresa en perfecto inglés (idioma que conocen todos los invitados, a pesar de que vienen de lugares muy distintos). Paolo pasará con el último y también se quedará en la habitación, de pie junto a la pequeña.
“Fui yo quien ha contactado con cada uno de vosotros. Os preguntareis por qué oculto mi rostro y, creedme, es mejor así. A la gente le cuesta acostumbrarse a mi apariencia física.  
También os estaréis preguntando qué clase de reunión es esta y qué tenéis que ver unos con otros. La respuesta es TODO y NADA”.
Cada uno de vosotros ha recibido una carta de mi puño y letra… y os aseguro que la información que ellas contienen es absolutamente auténtica, no es la primera vez que tengo una visión de esta índole y en más de una ocasión ha cambiado el rumbo de la historia. 
Para que todos seamos conscientes de a qué me estoy refiriendo… Soy una criatura mucho más antigua de lo que os podáis imaginar y el pasar de los días me hastía. Paso gran parte del tiempo en letargo y sólo me despierto si es estrictamente necesario. No me interesan vuestras rencillas de clanes o razas, no me interesa vuestras aspiraciones o deseos personales, para vosotros sólo soy la portavoz de los espíritus y de lo que está por venir.  
He tenido una visión… en ella, como os comenté en la carta, un objeto muy poderoso va a ser hallado, un objeto que ya ha cambiado el rumbo de la historia en más de una ocasión. Otra vez ha llegado el momento de que resurja y cumpla su cometido. Ese objeto es LA LANZA DEL DESTINO. Es la famosa lanza que atravesó el costado de Cristo cuando moría en la cruz. Pero ese objeto no es poderoso sólo para la sociedad cristiana o una interesante arma para los vampiros o para quienes luchan contra ellos… ese objeto ya era poderoso antes de ese momento histórico de la humanidad. Esa lanza de madera y metal encierra poderosos espíritus en su interior, que la hacen única y que inclina el favor de la fortuna y el éxito a quien la empuña. 
Esos espíritus son los que se han comunicado conmigo para que yo os trasmita su mensaje y vosotros sois los elegidos para encontrarla. Vosotros seis…. Juntos. 
Debéis seguir el camino que los espíritus han marcado, porque si alguno de vosotros falla o cae en el intento… la lanza no aparecerá y no cumplirá su misión en el día del Juicio Final. 
El Apocalipsis ha sido anunciado, aquellos de vosotros más sensitivos (Dafne tiene la disciplina de auspex y Makawee que es mujer loba) habréis comprobado que en el firmamento la Luna de Sangre hace un par de días que se puede ver… eso sólo significa que hemos entrado en la cuenta atrás para el Fin del Mundo Conocido. El equilibro espiritual no goza de su mejor momento y el Wyrm (la corrupción) domina más territorio del que debería. 
Además de esto, los espíritus también me han encargado deciros que una vez halléis la lanza, será de aquel que la empuñe y éste se enfrentará al destino, al Apocalipsis y definirá el orden del Nuevo Mundo. 
Esto es una carrera contra reloj y sólo uno de vosotros conseguirá el premio, pero… no lo olvidéis, no podéis dejar a ninguno del grupo caer por el camino o la lanza no aparecerá y entonces… nadie sabe que desgracias nos espera en el día de mañana."
Tras sus directas palabras, Lucrecia necesita saber si los elegidos están lo suficientemente comprometidos. Para ello les pide que firmen una especie de contrato que los vinculan a buscar la lanza y a permanecer unidos sólo hasta que la LANZA aparezca.

La vidente, con un gesto de su mano, hace aparecer una especie de pergamino traslucido sobre la mesa (aquellos con Auspex o capacidad de ver el mundo de los espíritus, saben que no es un objeto real, sino espectral), cada elegido tiene que colocar la palma de la mano sobre el contrato. Al hacerlo el pergamino emite un pequeño destello y según quien sea, el nombre y las palabras: Toreador, LaSombra, Ravnos, Baali, Cazador y Garou se escriben automáticamente en el documento. Cuando el último separa la mano del pergamino… éste desaparece de la vista de todos. Sólo los más cercanos, rápidos y audaces son capaces de ver lo que momentáneamente se escribe en el pergamino y aunque algunos no prestaron atención, Makawee no supo qué era un Baali al leerlo cuando el extraño con chanclas de goma colocó su mano sobre el pergamino, aunque intuía que era vampiro por la ausencia de sonido en su pecho.

La niña se concentra y un tenue resplandor azul sale de los orificios de los ojos de la máscara veneciana (sólo los no-vivos ven ese resplandor). Tras unos segundos el resplandor desaparece.
"El Arzobispo Ambrosio Luis Moncada  nos ha dejado o le han obligado a ello, debería decir.  Supongo que es una gran pérdida para el Sabbat… sobre todo para ti, Carmen. Pues era el líder espiritual de tu tierra (España), tu clan (Lasombra) y tu secta (Sabbat). Para algunos, esto ha sido una señal de que algo va a ir de mal en peor y que el día del Juicio Final se acerca… pues el Arzobispo Moncada  era un hombre de fe y mantenía una especie de estabilidad en las tierras que lideraba. El aquí presente Paolo es un conocido miembro de la Inquisición del Sabbat, algunos de vosotros habréis oído hablar de él. Está tras la pista de un caso de Infernalismo aquí en Palermo. 
Los espíritus me han hablado y están de acuerdo en que estos infernalitas saben algo relacionado con La Lanza del Destino. Soy consciente en que uno de vosotros (mira al personaje Baali a los ojos para que se dé por aludido y mantenga su oscura condición en secreto) tiene más conocimientos sobre el tema demoníaco que los demás, espero que preste su ayuda a Paolo en todo lo que le sea posible, aunque yo le recomendaría a todos prudencia… no es necesario revelar más de lo estrictamente necesario sobre uno mismo. 
Os dejo ya con Paolo, él es de mi total confianza. Os explicará mejor de que va todo el asunto que se trae entre manos. Gracias por acudir a mi llamada, os ayudaré en todo lo que esté en mi mano y me pondré en contacto con vosotros cuando los espíritus me den alguna señal o nueva pista que seguir… por ahora, sólo os deseo suerte, porque la vais a necesitar."
Lucrecia se va de la habitación, caminando extraordinariamente ágil, para la impresión que da su pequeño y demacrado cuerpo. El dispar grupo se queda a solas con el inquisidor Paolo. Tiene una lista con varios lugares que visitar y gente a la que interrogar, pues está investigando un caso de Infernalismo por el que se ha enterado debido a unos rumores que existen sobre varios miembros de La Secta (Sabbat) en Palermo.... CONTINUARÁ.




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